Hoy, 23 de julio, se cumple un año desde que se hizo pública la promesa que tanto esperábamos del Gobierno: que España volvía a ser donante del Fondo Mundial de lucha contra el Sida, la tuberculosis y la malaria. La información salió en los periódicos e incluso en la página Web oficial de la Moncloa, donde la buena noticia se comunicaba bajo el título de “España aportará 10 millones al Fondo Global de lucha Contra el Sida”. El propio gobierno anunciaba que con esta aportación España retomaba la ayuda como muestra de “la prioridad que la Cooperación Española otorga a las cuestiones de mayor impacto, como son los servicios sociales básicos y la ayuda a los más necesitados.” La noticia oficial incluso va más allá, y menciona que el dinero comprometido pretende ayudar a las 200.000 personas que ha identificado el mismo Fondo Mundial como los afectados por “la suspensión, en ejercicios anteriores, de las contribuciones [españolas] a este fondo”.
La noticia de reanudar la contribución por parte de España trajo consigo alegría dentro de nuestra organización, ya que habíamos trabajado duro para presionar al gobierno para que volviera a ser donante del Fondo. Sólo unos días antes habíamos publicado una carta abierta al Ministro García-Margallo solicitándole que anunciara una aportación por parte de España al Fondo, aprovechando la XIX Conferencia Internacional sobre el Sida que se celebraba esa semana en Washington. A pesar de que 10 millones de euros no eran ni una décima parte de lo que a España le correspondía dar, pensábamos que el compromiso era un buen primer paso por parte del gobierno después de dos años sin hacer aportación alguna. De todas formas publicamos una nota de prensa con nuestros aliados, Médicos sin Fronteras, declarando nuestra posición oficial al respecto: que la aportación española no estaba a la altura de las necesidades urgentes de la pandemia del sida y que era poco consecuente con los compromisos asumidos por España en la ONU.
Los días y las semanas se convirtieron en meses y el desembolso del dinero no se hacía efectivo. Nos reunimos con miembros del gobierno, nos juntamos con diputados, hicimos llamadas y mandamos cartas; la respuesta oficial era que había un “pequeño retraso”, pero que ya se haría efectivo el pago. ¿Cómo íbamos a dudar? La declaración se hizo de manera oficial desde Moncloa e incluso el Fondo Mundial había agradecido públicamente el compromiso de España en palabras de su Director General, Gabriel Jaramillo, la contribución española reflejaba la “generosidad y solidaridad que siempre ha caracterizado a las personas y al gobierno de España”.
A pesar de todas las declaraciones públicas y la promesa desde Presidencia, una carta de Moncloa nos confirmó que finalmente el desembolso al Fondo Mundial no se haría efectivo debido a los recortes presupuestarios. Sin disculpa pública, ni comunicación oficial, el Gobierno decidió retirar la promesa hecha. ¿Qué pasa con la credibilidad de nuestro país? ¿La Marca España que pretendemos vender en el exterior? ¿Con el compromiso de ayudar para darle “servicio sociales básicos y la ayuda a los más necesitados”? Las promesas del gobierno quedaron en meras palabras vacías y nuestra presencia en una organización internacional como un simple adorno.
La mayor parte de las y los españoles no lo saben, pero cada uno de nosotros le debemos 0,22€ al Fondo Mundial, a raíz de la promesa no cumplida por parte de nuestro gobierno. Veintidós céntimos que si cada uno le diéramos al Fondo Mundial no sólo estaríamos compensando el vacío que ha dejado España, si no que estaríamos ayudándoles a realizar su trabajo de mantener a millones de personas con VIH/Sida con vida, día a día. Actualmente más de 4 millones de personas reciben diariamente su tratamiento de antirretrovirales gracias al Fondo, y el objetivo para los próximos tres años es darle tratamiento a más de 7 millones de personas. Esta meta sólo se podrá hacer efectiva si los países donantes cumplen con su compromiso de luchar activamente contra el VIH en el mundo.
A final de año el Fondo Mundial celebrará su Conferencia de Aprovisionamiento de Fondos donde cada país donante hará público sus contribuciones para los próximos tres años. Hay países que ya han hecho público su compromiso, como por ejemplo Francia, que la semana pasada anunció su aportación de €1.080 millones, o Estados Unidos, que ya anunció su intención de destinar US$5.000 millones si el resto de donantes llegan a los US$10.000 millones (ya que EEUU no puede financiar más de un tercio de la organización). España, que llegó a ser el cuarto donante del fondo en el año 2009, aún no se ha pronunciado al respecto. En Salud por Derecho seguiremos trabajando para conseguir que España vuelva a estar entre los países donantes.
Trinidad García – Advocacy Officer
En el año 2009 España llegó a ser el cuarto donante del Fondo Mundial, con un compromiso de 200 millones de dólares anuales entre 2008 y 2010. En el año 2010 únicamente se desembolsó la mitad del dinero comprometido y en el año 2011 congeló su contribución. El año pasado España anunció su compromiso de retornar como donante al Fondo y de aportar 10 millones de Euros, aunque a la fecha este pago aún no se ha hecho efectivo.