2019 ha sido, sin duda, un año fundamental para nuestro trabajo en defensa del derecho a la salud y del acceso universal a los medicamentos. Por muchos motivos.
Un año en el que nuestra petición de una mayor -y muy necesaria- transparencia en la política farmacéutica ha llegado hasta los tribunales; y en el hemos introducido en el debate público asuntos tan importantes como la enorme (e injustamente invisibilizada) inversión de dinero público en la I+D biomédica.
Además, en 2019 vimos cómo, después de casi una década de ausencia, España anunciaba su regreso al Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, algo en lo que llevábamos trabajando mucho tiempo y que refuerza la lucha contra estas pandemias en un momento crucial.
Y por supuesto: mientras en España se seguía denegando el acceso a la salud a personas migrantes (incluyendo casos de embarazadas, menores y personas mayores solicitantes de asilo) trabajamos incansablemente para revertir esta situación y para que todas las personas, independientemente de su situación administrativa, tengan asegurada la asistencia sanitaria.
Ha sido un año con muchos logros que no olvidaremos fácilmente y que nos ayuda a seguir trabajando, especialmente en un contexto tan complicado como el actual, en el que la salud pública -y su defensa- debe estar por encima de todo. Ahí estaremos siempre.
Esta es nuestra memoria de 2019.