Transcurridos treinta años de la existencia de la epidemia de SIDA, y después de 10 años del hito histórico que supuso en 2001 la celebración de la Sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, la comunidad internacional se vuelve a reunir para estudiar los progresos alcanzados y trazar el curso que tomará la respuesta mundial en el futuro durante la Reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que está teniendo lugar entre el 8 y el 10 de junio en Nueva York.
Los Estados Miembros, incluidos España, deberán aprobar una nueva Declaración que reafirme los compromisos asumidos hasta el momento y establecer un conjunto de acciones que contribuirán a guiar y a sostener la respuesta mundial al SIDA en el futuro próximo. Sin embargo parece que la comunidad internacional y especialmente la Unión Europea no están dispuestos a fijar metas específicas ni objetivos claros de cobertura del tratamiento, a pesar de que se haya demostrado la eficacia de contar con ellos y de que el propio secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, haya pedido a los donantes que apoyen el establecimiento de un nuevo objetivo global de acceso a tratamiento: 13 millones de personas para 2015.
La ausencia de una cura, su capacidad de expansión, el estigma y la discriminación que conlleva, la ausencia de una vacuna preventiva y el hecho de que el tratamiento sea de por vida, junto con el elevado coste de los nuevos medicamentos y la dependencia externa para costear los tratamientos en muchos países empobrecidos, confieren al VIH/SIDA una naturaleza excepcional para continuar ampliando los logros conseguidos hasta el momento y ser capaces de solventar los retos que a corto y largo plazo plantea la pandemia. Los nuevos datos recogidos por ONUSIDA demuestran claramente que se están consiguiendo continuos avances muy importantes que nos permitirán entre otras cosas acabar en 2015 con la trasmisión vertical del VIH de madre a hijo. Sin embargo y a pesar de que el incremento en la financiación global disponible ha sido clave para los grandes resultados conseguidos sin embargo, los recursos mundiales destinados a la lucha contra la epidemia se han congelado y los donantes se niegan a comprometerse para movilizar los recursos adicionales necesarios, y sin ellos será imposible alcanzar los objetivos.
Tenemos SIDA, la red que coordina Salud por Derecho, participa como representante de la sociedad civil en la delegación española presente en la reunión en Nueva York y ha elaborado un documento con las recomendaciones con las que España debería alinearse y en línea con las peticiones que el resto de la sociedad civil internacional y los diferentes partidos políticos del Parlamento Europeo han exigido a la comunidad internacional y a la Unión Europea respectivamente.