En apenas dos semanas el mundo afrontará un momento clave en la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. Los líderes de los países de todo el mundo tendrán que anunciar un compromiso que podría ayudar a salvar 16 millones de vidas, evitar 234 millones de infecciones, reducir a la mitad la tasa de mortalidad por estas enfermedades, construir sistemas de salud más fuertes en los países más afectados y acelerar de una vez por todas el fin de estas pandemias; las más mortales que existen hoy en día.
Para ello, hacen falta alrededor de 14.000 millones de dólares. Esa es la cifra que, como mínimo, el Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria –la hucha internacional para financiar proyectos que ayuden a combatir las pandemias- espera recaudar por parte de los países contribuyentes durante su Conferencia de Donantes, que se celebrará en Lyon el próximo 10 de octubre.
La oportunidad es única. Supone, prácticamente, un ahora o nunca. Los progresos de las últimas décadas no tienen precedentes en la lucha contra ninguna enfermedad, pero no está todo hecho. Al contrario. En los últimos años el financiamiento se ha estancado y ha facilitado (junto a la falta de políticas con enfoque de derechos humanos que protejan a las poblaciones más vulnerables) que las pandemias estén rebrotando en muchas zonas del mundo, ganando el terreno perdido y poniendo en peligro todos los avances realizados.
Si no se aumenta el financiamiento, si todo se mantiene igual, estas enfermedades prevenibles causarán una inmensa pérdida de vidas, una carga económica creciente y una presión abrumadora sobre los sistemas de salud del mundo. Por eso hay que intensificar la lucha. Dar un paso adelante para no retroceder.
España, súmate a la lucha
La Conferencia de Donantes de Lyon supone una nueva oportunidad para España de volver a tener un papel a la altura de las responsabilidades que tiene un país de nuestra envergadura. La lucha contra las pandemias implica, además, la lucha contra la desigualdad, por la equidad de género, por el respeto a las identidades sexuales o la defensa de los sistemas públicos de salud; todos valores en los que España se siente reconocida y que podría promover de forma efectiva en espacios de gobernanza como el del Fondo Mundial.
España, en la pasada década, llegó a ser el quinto mayor donante del Fondo Mundial. Sin embargo, desde 2011 no realiza ninguna aportación. Y eso que, históricamente, las inversiones al Fondo Mundial han contado con el apoyo parlamentario. En noviembre de 2016, durante el Gobierno del PP, todos los grupos de la Cámara aprobaron por unanimidad una Proposición No de Ley en la que se pedía al Gobierno incrementar “progresivamente” los recursos disponibles para el Fondo Mundial y volver a ser donante, con una contribución de aproximadamente 100 millones de euros para un periodo de tres años.¿Por que la vuelta de España es fundamental? Te lo contamos en este documento.
Además, en Salud por Derecho hemos pedido al Gobierno de España a través de esta carta que retome el compromiso histórico de nuestro país con la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, enviando una representación del más alto nivel a la próxima Conferencia de Donantes del Fondo Mundial y anunciando la contribución de los 100 millones de euros para tres años, lo que nos situaría al nivel de los países de nuestro entorno.
Agenda 2030 y Cobertura Sanitaria Universal
Desde su creación en 2002, el Fondo Mundial ha conseguido reducir en un tercio las muertes por sida, tuberculosis y malaria, y ha salvado más de 27 millones de vidas a través del fortalecimiento de los sistemas de salud y la financiación de programas de salud administrados por expertos locales en los países y en las comunidades más afectadas por estas pandemias.
Sin embargo, no es suficiente: en 2017 murieron cerca de 2.5 millones de personas a causa de estas enfermedades. Unas cifras que alejan el objetivo -aun posible- de alcanzar el fin del sida, la tuberculosis y la malaria como pandemias en 2030, como marca el objetivo número 3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) firmados en Naciones Unidas en 2015, y allanar así el camino hacia la Cobertura Sanitaria Universal. Es decir, que todas las personas, sin importar su lugar de residencia, origen, capacidad económica o situación personal, puedan ejercer cuándo y dónde lo necesiten su derecho a la salud y el acceso a una asistencia sanitaria pública, completa y de calidad.
El trabajo del Fondo Mundial para la Agenda 2030, por lo tanto, no termina en la lucha contra las pandemias. A través de un enfoque basado en los derechos humanos y la financiación de diferentes programas, también contribuye, por ejemplo, al ODS 1 (Fin de la pobreza), al ODS 5 (Igualdad de género), al ODS 4 (Educación de calidad) y al ODS 10 (Reducción de las desigualdades).
España, súmate a esta lucha.