Desde la Fundación Salud por Derecho, agradecemos la oportunidad de compartir nuestra perspectiva sobre la creación de un sistema de acceso a patógenos y participación de beneficios que sea justo y equitativo. Reconocemos el esfuerzo realizado por alcanzar consensos y acercar posiciones. Sin embargo, nos preocupa que en este esfuerzo, se puedan debilitar aspectos esenciales relacionados con el acceso a los beneficios de este sistema, como el compromiso de reparto y distribución de un porcentaje de la producción global de contramedidas médicas.
En un intento de proporcionar evidencia, hemos realizado un análisis de qué hubiera sucedido si hubiéramos contado con un sistema PABS para redistribuir el 20% de las vacunas producidas durante la pandemia de COVID-19.
- En países de ingresos bajos, dicho sistema hubiera permitido que el 100% de la población accediera a una dosis en 19 meses, cuando en realidad sólo el 60% recibió una dosis.
- En países de ingresos medios-bajos, se habrían alcanzado dos dosis por persona en dos años, algo que no se logró.
- Los países de ingresos altos habrían tenido un único mes de retraso para una dosis per cápita y un retraso de cuatro meses para dos dosis per cápita, cuando lo comparamos con la realidad.
- Una redistribución del 20% mejoraría el acceso, pero sigue siendo claramente insuficiente. Para que todos los países hubieran recibido una dosis per cápita en tiempos similares, hubiera sido necesaria una redistribución del 35% de las dosis producidas.
El acceso a beneficios no monetarios en un instrumento PABS es un aspecto esencial. Por ello pedimos que no se eliminen las referencias a los mecanismos de reparto y distribución de dosis, sino que se fijen porcentajes más elevados que permitan una distribución más equitativa.
Además, las propuestas para incluir como parte de los beneficios, licencias no exclusivas y sublicenciables, deberían ser propuestas esenciales de un instrumento de Acceso y Participación en los Beneficios y no propuestas adicionales.
Esperamos haber podido contribuir a una discusión informada sobre este tema, e invitamos a los Estados Miembro a considerar estos puntos para asegurar que la respuesta a futuras crisis sea más equitativa y justa.