38 millones. Es el número de vidas salvadas desde 2002 por el Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, según ha publicado el organismo en su último informe, publicado este lunes, en el que alerta también de los enormes riesgos para estos avances que la pandemia de Covid-19 puede significar si no se toman medidas urgentes.
De esas 38 millones de vidas salvadas, 6 millones fueron en 2019, mostrando un incremento del 20% respecto a 2018. Un progreso que ha sido posible gracias a la mejora de la eficiencia en la prestación de servicios, el éxito a la hora de detectar y tratar con medicamentos vitales a más personas, los ahorros en las compras de productos sanitarios y las mejoras en la colaboración entre los diferentes actores de este organismo multilateral.
En 2019, por ejemplo, en los países donde invierte el Fondo Mundial, 20,1 millones de personas recibieron tratamiento antirretroviral para el VIH; 5,7 millones de personas fueron sometidas a las pruebas de tuberculosis y recibieron tratamiento; y 160 millones de mosquiteros fueron distribuidos para proteger a 320 millones de personas -en su mayoría niños- de la malaria durante los próximos tres años.
Una nueva pandemia que pone todo en riesgo
En general, las muertes causadas por el sida, la tuberculosis y la malaria cada año se han reducido casi un 50% desde que tuviera lugar el pico de las epidemias en los países donde el Fondo realiza inversiones. Sin embargo, todos estos avances se están viendo amenazadas por el efecto de la pandemia de Covid-19.
Según el informe, el volumen de pruebas de VIH se ha reducido a la mitad en algunos lugares, y los nuevos casos de tuberculosis notificados han caído hasta un 75%, lo que podría contribuir a un aumento de las nuevas infecciones, puesto que las personas que desconocen su estado siguen transmitiendo la enfermedad. Muchos países se han visto obligados a retrasar las campañas de distribución de mosquiteros, dejando así sin protección a las personas vulnerables a la malaria, en su mayoría niños.
El organismo ha respondido con premura para ayudar a los países a hacer frente a estas dificultades. Desde marzo de 2020, ha aprobado la inyección de alrededor de 700 millones de dólares para 103 países y 11 programas multipaís con el fin de luchar contra la Covid-19. Fondos que servirán para aumentar las pruebas, el rastreo y la protección de los profesionales sanitarios de primera línea; adaptar los programas vigentes de VIH, tuberculosis y malaria para salvaguardar los logros conseguidos; y reforzar los sistemas sanitarios con el fin de que no colapsen y estén preparados para administrar el tratamiento y las vacunas de la Covid-19 una vez estén disponibles.
Un esfuerzo global
El Fondo Mundial es una asociación de gobiernos, sociedad civil, organismos técnicos, sector privado y personas afectadas por las enfermedades que, financiado de manera global a través de aportaciones voluntarias de estos actores, moviliza e invierte más de 4.000 millones de dólares al año para financiar programas dirigidos por expertos locales en más de 100 países. La lucha contra las pandemias requiere, ahora más que nunca, un esfuerzo de todos sus socios.
«El informe de resultados de este año demuestra que un mundo unido, liderado por el compromiso sólido de las comunidades, puede actuar conjuntamente para hacer retroceder las enfermedades», destaca Peter Sands, Director Ejecutivo del Fondo Mundial. «Nos encontramos en un punto de inflexión. Podemos renunciar a los logros que hemos conseguido en la respuesta al VIH, la tuberculosis y la malaria o podemos actuar con rapidez y a escala, invertir muchos más recursos de los que ya se han comprometido y contrarrestar tanto el impacto directo de la COVID-19 como su efecto dominó en el VIH, la tuberculosis y la malaria».