En febrero se cumplirán dos años desde la invasión de Ucrania, un conflicto que no solo impacta en el día a día de sus habitantes, sino especialmente en los que sufren enfermedades y son víctimas de los bombardeos. Pacientes con VIH o tuberculosis son particularmente vulnerables. En esta entrevista, Olga Gvozdetska, directora general adjunta en funciones del Centro de Salud Pública, comparte con nosotros la situación actual del país.
“Hemos priorizado la cadena de suministro en tiempos de guerra, y gracias a la colaboración entre donantes, voluntarios y socios, hemos logrado restablecerla. Incluso hemos conseguido llevar medicamentos a pacientes en zonas temporalmente ocupadas, contando con la valiosa ayuda de Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, CO ‘100% Vida’ y la Alianza por la Salud Pública. Además, el país ha recibido un fondo de emergencia de más de 25 millones de dólares del Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria para abordar las necesidades más urgentes en este ámbito.
Hoy en día, más del 90% de las personas con VIH que conocen su diagnóstico están bajo seguimiento médico en Ucrania. De los nuevos diagnosticados, casi esa cifra recibe atención sanitaria. Ahora mismo, sin embargo, solo hay datos de las zonas controladas por el Gobierno, pues los de los territorios ocupados no están disponibles. En estas circunstancias de fuerza mayor, el Centro de Salud Pública del Ministerio de Sanidad de Ucrania (PHC) ha gestionado el sistema de respuesta al VIH respondiendo a los numerosos retos planteados por la guerra, según Gvozdetska. Los pacientes que tuvieron que cambiar su lugar de residencia han podido recibir la terapia antirretroviral allí, lo que obligó a modificar el seguimiento. La carga de trabajo de los servicios de prevención ha aumentado en el oeste del país ante la llegada de muchas personas del este y del sur, por lo que hubo que redistribuir los recursos, de manera que nadie se quedara sin recibirlo. A ello se suma la necesidad de garantizar la continuidad del tratamiento y prevenir el desabastecimiento de medicamentos creando reservas.
Según el informe del Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, en 2022 los programas de VIH se han recuperado del impacto de la COVID-19, ¿podemos decir lo mismo de Ucrania?
Ha sido un camino largo y estamos orgullosos de lo que hemos logrado. Juntos hemos creado un frente unido de combate frente a la epidemia de VIH en Ucrania, que ha resistido el golpe de 2022 y se mantiene fuerte en la actualidad. El impacto de la guerra es mucho más dramático que la pandemia. Sin embargo, estamos resistiendo. No nos quitarán los logros alcanzados. Volveremos y lo restauraremos todo.
¿Cuál es la situación en Ucrania de los pacientes de VIH y tuberculosis?
Se calcula que a principios de 2022 había 245.000 personas con VIH en Ucrania, de las cuales más de la mitad recibían tratamiento antirretroviral, que se vio comprometido con la invasión, que supuso una amenaza también para una respuesta eficaz al VIH/sida. La prestación de servicios de prevención se complicó y los pacientes del sudeste fueron los que más sufrieron. No podían llegar con seguridad a los centros sanitarios para someterse a revisiones médicas o reponer sus medicamentos, y los trabajadores sanitarios no podían organizar con seguridad la entrega de muestras de sangre a los laboratorios regionales de diagnóstico debido a los bombardeos. Los profesionales sanitarios, tanto médicos como enfermeras, tuvieron que tomar por su cuenta decisiones poco convencionales, movidos por el sentido de la responsabilidad por la vida de sus pacientes. A pesar del miedo personal, idearon soluciones para las que sus vidas anteriores no les habían preparado.
¿Cuántas personas están en riesgo de no recibir tratamiento o seguimiento médico?
Más de 11.000 personas en tratamiento antirretroviral lo siguen recibiendo. Los centros sanitarios situados en las zonas controladas por el gobierno disponen de reservas suficientes tanto para dispensar medicamentos como para iniciar la terapia a nuevos pacientes. Actualmente no hay problemas con la logística, excepto en los territorios ocupados, y el tratamiento es gratuito. Por desgracia, aún se desconoce la situación y la ubicación actual de los pacientes de las zonas ocupadas en las regiones de Donetsk, Luhansk y Kherson.
¿Cuál está siendo el impacto de las migraciones en los pacientes desplazados?
El sistema se ha adaptado rápidamente a las migraciones, tanto internas como externas, que han sido de millones de personas. Los itinerarios habituales de los pacientes han cambiado, la comunicación con los médicos y los centros sanitarios se ha interrumpido y ha surgido la necesidad de encontrar nuevos «puntos de entrada» para recibir servicios en los nuevos puntos de residencia. Como decía antes, hemos respondido inmediatamente y de una forma muy profesional. Históricamente, las regiones occidentales de Ucrania han tenido tasas de epidemia más bajas en comparación con las del este y del sur, por lo que la significativa sobrecarga del sistema, de las instalaciones y sus profesionales sanitarios fue inesperada. No obstante, consiguieron hacer frente a este reto.
En Ucrania, todos los pacientes diagnosticados de VIH están registrados en un sistema seguro de información médica para el seguimiento de enfermedades socialmente significativas. Cuando cambian de lugar de residencia, el médico del nuevo centro sanitario puede ver su historial y el tratamiento antirretroviral. Si no asiste a una visita programada, se realiza un seguimiento activo y se contacta con el paciente, para darle otra cita. En 2022, además, se elaboraron directrices para los centros sanitarios.
Según la OMS, el número de adultos con VIH que se trasladaron al extranjero puede superar las 30.000 personas y más de 4.000 están recibiendo tratamiento. Para las que necesitan tratamiento continuado se ha elaborado un protocolo de gestión clínica para el intercambio de datos entre médicos de Ucrania y de otros países.
¿Cuál es la situación de los profesionales sanitarios y cómo les afectan las evacuaciones?
Desde los primeros días de la guerra, el personal sanitario ha estado trabajando en condiciones críticas. La mayoría ha permanecido en sus puestos de trabajo. En el invierno de 2022, además de las constantes alertas de ataques aéreos, nos enfrentamos al reto de los apagones, cuando ciudades y regiones enteras se quedaron sin suministro eléctrico o de agua durante días o incluso semanas. Pero se adaptaron. En Ucrania se han dado casos de cirujanos que han realizado operaciones con éxito y de obstetras que han atendido partos con seguridad utilizando lámparas frontales. Por supuesto, algunos especialistas evacuaron con sus familias, pero no fueron muchos. Además, el estado tomó las medidas adecuadas para preservar la mano de obra sanitaria. Todos los médicos desplazados han tenido la oportunidad de encontrar trabajo en su nuevo lugar de residencia, reforzando los equipos sanitarios de esa comunidad, y algunos ya han regresado a sus anteriores puestos.
¿Cómo afectan los problemas logísticos, de infraestructura y en los transportes a la provisión de medicamentos y los centros sanitarios?
Edificios residenciales, instituciones educativas e instalaciones de suministro eléctrico son blanco repetido de ataques con misiles, pero también lo son los hospitales. Desde el comienzo de la invasión, más de 100 trabajadores sanitarios ucranianos han sido asesinados, un tercio de ellos en su lugar de trabajo. La guerra se ha cobrado la vida de decenas de pacientes. Los bombardeos han dañado más de 1000 centros sanitarios, entre ellos casi 50 hospitales que atendían a personas con VIH; casi 30 centros de tratamiento antirretroviral no funcionan actualmente, ya que están completamente destruidos, y casi 40 permanecen ocupados.
Parte de los que continuaron funcionando lo hicieron con restricciones debido a la evacuación forzosa del personal. Varias instalaciones funcionaban sólo para dispensar medicamentos, algunas cerraron o fueron completamente destruidas. Los laboratorios de las provincias de Donetsk y Luhansk suspendieron temporalmente sus operaciones.
Sin embargo, a pesar de la guerra, la vida continúa. La gente nace, enferma y puede morir sin una atención médica adecuada. Mantener una red de instalaciones y hacer accesible la atención médica a la población es un objetivo importante para el gobierno. Con el apoyo de socios de todo el mundo, Ucrania está llevando a cabo reconstrucciones y reparaciones importantes siempre que es posible. Agradecemos a todos los socios internacionales sus programas de respuesta de emergencia, ayuda humanitaria y fondos de recuperación.
¿Cómo han respondido a la crisis los especialistas del Centro de Salud Pública?
Los departamentos de programas del Centro de Salud Pública han resistido, respondiendo a la crisis de forma profesional y actuando de forma innovadora, lo que ha permitido minimizar los daños al sector. Hemos funcionado como un centro de respuestas de emergencia para necesidades humanitarias. Además, nuestros especialistas supervisan semanalmente el funcionamiento de los centros de tratamiento antirretroviral. También garantizamos que los pacientes puedan localizar rápidamente el hospital más cercano, recibir tratamiento contra el VIH y servicios de prevención.
Ante las crisis que nos impiden acabar con estas enfermedades para 2030, ¿cómo se espera que sea la situación en Ucrania en los próximos años?
Nuestro objetivo no ha cambiado: acabar con el VIH. La situación actual, tanto en Ucrania como en el resto del mundo, hace sus propios ajustes a nuestros planes, obligándonos a adaptarnos y a responder cada día a nuevos retos. Esperamos que el fuego de la guerra no se extienda por todo el planeta, creando barreras a la lucha eficaz contra la epidemia con la que la humanidad lleva lidiando más de 30 años. Creo que todo lo que estamos haciendo en Ucrania es nuestra contribución a la prevención de este escenario.
¿Es posible luchar contra el estigma y la discriminación en tiempos de guerra?
Creo que la gente se vuelve más tolerante con muchas cosas en tiempos de guerra; la tolerancia y la cohesión social sientan las bases de la supervivencia en una crisis. Cuando la gente se esconde en los sótanos, cuando comparte entre sí lo último que le queda de comida, no hay lugar para la discriminación. Creo que nuestra sociedad se ha vuelto más abierta a la diversidad.
Durante la guerra, hubo avances en la regulación legal de las relaciones civiles de la comunidad LGBT. En 2022, Ucrania finalmente ratificó la Convención de Estambul, que ha sido defendido activamente por mujeres con VIH. Las campañas de sensibilización también son vitales, ya que hay que recordar a la gente que cosas sencillas pueden salvar vidas y que los médicos están dispuestos a ayudar. La COVID-19 nos preparó para llevar a cabo campañas de sensibilización viables en tiempos de guerra, al transferir todas las comunicaciones al formato digital. Hoy en día, la gente se informa quedándose en casa gracias a la ubicuidad de Internet. Los hospitales y los doctores también se han acostumbrado a comunicarse con sus pacientes en línea.
¿Para terminar, ¿por qué es importante apoyar a Ucrania en la lucha contra el VIH?
En la actualidad, Ucrania ha conseguido mantenerse en primera línea en la lucha contra la epidemia y sigue ampliando los programas de prevención para contener el VIH gracias al apoyo financiero de donantes, socios, países de la Unión Europea y Estados Unidos. Las epidemias no conocen fronteras. Si nuestro sistema sanitario no recibe fondos hoy, mañana la epidemia estará a las puertas de otros países.
Es importante invertir en la reconstrucción de Ucrania. Las inversiones en las personas y en sus capacidades darán sus frutos a través de la recuperación económica y de un mayor crecimiento progresivo; las inversiones en democracia redundarán en un mayor desarrollo de la sociedad civil; invertir en derechos humanos garantizará la armonización con las normas y valores europeos. La guerra no es el final; es un enorme desafío que ha marcado el inicio de rápidos cambios y de desarrollo. Hoy inviertes en un país atacado por el enemigo que lucha por la libertad. Mañana, este país se convertirá en miembro de la Unión Europea. ¿Qué tipo de país le gustaría que entrara en la UE?
Entrevista realizada por María Miret, @periodistia.