Muchos países de ingresos medios y bajos han sufrido y sufren las desigualdades en el acceso a contramedidas médicas durante emergencias sanitarias internacinonales como el COVID-19 o la actual emergencia del mpox. Sin embargo, muchos de estos países generan y comparten datos y muestras biológicas que ayudan a desarrollar dichos productos esenciales. Es por ello por lo que estos países exigen que, a cambio de compartir estos datos y muestras biológicas, se asegure un acceso equitativo a los frutos de la investigación.
Las negociaciones del Tratado de Pandemias están debatiendo qué forma tomará este sistema, denominado Instrumento de Acceso a Patógenos y Participación en los Beneficios (PABS en inglés) y que podría promover una preparación y respuesta a pandemias más justa y equitativa.
Uno de los mecanismos que se están negociando, que podrían mejorar el acceso supondría la posibilidad que los desarrolladores de productos que utilicen información a través del Instrumento PABS, contribuyeran con un porcentaje variable de su producción, que sería redistribuido bajo criterios de salud pública y necesidad. El porcentaje es objeto de debate, con varios países fijando un 20% de la capacidad de producción, mientras que otros países (de ingresos altos) pretenden reducirlo o no fijar un porcentaje.
En Salud por Derecho hemos simulado el impacto que el instrumento PABS hubiera tenido durante el COVID-19, proponiendo sugerencias para hacer de este un mecanismo más equitativo.
¿Cómo hubiera cambiado el acceso a vacunas COVID una redistribución de vacunas?
Nuestra simulación muestra que con un sistema de redistribución del 20% de dosis producidas, los países de ingresos bajos podrían haber vacunado a toda su población con una dosis en 19 meses. Es necesario recordar que estos países tan solo accedieron a dosis suficientes para vacunar con una dosis al 60% de su población.
Para los países de ingresos medios-bajos, esta redistribución habría permitido alcanzar dos dosis per cápita en dos años, una meta que nunca se logró en el periodo real analizado.
Los países de ingresos altos, en cambio, habrían experimentado un retraso de solo un mes en alcanzar la cobertura completa de una dosis, y de cuatro meses para cubrir dos dosis.
Para alcanzar una cobertura de una dosis en todos los países en tiempos similares (10-12 meses), sería necesaria una redistribución del 35% de las dosis mensuales.
Claves para un sistema PABS eficaz
Si bien los datos muestran que una contribución del 20% de la producción de vacunas hubiera mejorado el acceso a vacunas durante el COVID, este es claramente insuficiente. Además, la acumulación de vacunas y otras contramedidas médicas por muchos países, harán que este sistema esté en riesgo.
Por ello, no solo abogamos por un porcentaje de contribuciones mayor, sino que pedimos la inclusión de más herramientas que mejoren el acceso a contramedidas médicas en un instrumento PABS, como la incorporación en el texto de la posibilidad de que los desarrolladores que utilicen datos del instrumento PABS acuerden la firma de licencias no exclusivas y sublicenciables durante una pandemia. Estas licencias permitirían aumentar la capacidad de producción global y su deslocalización, garantizando un acceso más rápido y descentralizado.
Salud por Derecho participa en el INB 12, donde explicaremos nuestros resultados y llamaremos a los negociadores a comprometerse con un sistema de acceso a patógenos y participación en los beneficios que sea justo, equitativo y eficaz.
Puedes acceder a la base de datos aquí.
Puedes acceder a nuestro posicionamiento en el INB aquí.
Nota Metodológica:
La base de datos utilizada proviene del artículo académico “Which roads lead to access? A global landscape of six COVID-19 vaccine innovation models”, publicado en la revista Globalization and Health (Alonso Ruiz, A., Bezruki, A., Shinabargar, E. et al. Which roads lead to access? A global landscape of six COVID-19 vaccine innovation models. Global Health 20, 25 (2024). https://doi.org/10.1186/s12992-024-01017-z)
El cálculo se ha realizado sustrayendo un 20% o 35% (en función del escenario) de las entregas mensuales de todas las vacunas en todos los países. Ese porcentaje ha sido redistribuido mensualmente entre países de ingresos bajos y medios-bajos en función de su población. Con motivo de mantener la simplicidad del modelo, se excluyeron los países de ingresos medios-altos de la redistribución, debido a la dificultad de controlar las distorsiones que producen la gran capacidad de producción y recepción de vacunas en ciertos países dentro de este grupo, como China.
Foto: OMS