Jose Luis Solano – Embajador en Misión Especial
Queridos amigos.
Agradezco sinceramente a la organización “Salud por Derecho” su amable invitación para compartir con vosotros esta jornada en la que analizamos los retos pendientes de una epidemia que ha supuesto un vuelco en muchos aspectos relacionados con la vida, el desarrollo, las relaciones humanas, las relaciones internacionales, etc.
Como sabéis mi nombramiento como Embajador en Misión especial ante los Parternariados Público-Privados de Salud Global es muy reciente, Hace justo un mes. Pero refleja en cierto modo la evolución de la presencia de nuestro país en las iniciativas globales de salud. En un principio empezamos a colaborar con el Fondo Mundial pero esta participación se ha ido extendiendo y ahora España participa en los Consejos ejecutivos de tres Iniciativas globales; Fondo Global, GAVI y UNITAID, asiste a reuniones de donantes de cuatro parternariados para el desarrollo de Productos ; La Iniciativa Internacional para la Vacuna del sida, La Asociación Internacional para los microbicidas, la Asociación para medicamentos de malaria y la Iniciativa Internacional para medicamentos contra enfermedades olvidadas.
No voy a utilizar cifras que seguramente ustedes conocen y manejan mejor que yo pero si quiero recordar que no todas las cifras actuales reflejan la magnitud de la tragedia. Algunas reflejan también la magnitud de la respuesta. El número de personas que están en tratamiento con antiretrovirales ha aumentado 13 veces desde 2004 y se sitúa, según ONUSIDA en más de 5 millones. La respuesta es importante pero insuficiente, lo sabemos, es necesario no darse por vencido y continuar con la tarea, pero sabemos que puede hacerse, que podemos seguir en este esfuerzo de solidaridad y que podemos aprender de los errores.
La Cooperación Española es joven, pero ha crecido rápido tanto en términos económicos como en personal y compromisos. España ha estado desde el comienzo en la lucha contra el sida y ha dedicado buena parte de los fondos dedicados al desarrollo y del presupuesto de la AECID a la prevención, acceso a tratamiento y lucha contra la discriminación de las personas que viven con sida.
En el momento actual, la crisis económica no solo se está llevando por delante las esperanzas de millones de personas en nuestro país que no tienen trabajo sino que ha obligado a los representantes parlamentarios y al Gobierno a tomar medidas dolorosas como reducir la Ayuda al desarrollo que somos conscientes que provoca mas dolor a los mas desfavorecidos, con el objetivo de reducir el déficit. Estos son momentos en los que lo fácil es criticar o señalar al gobierno y responsabilizarle de la ruptura de compromisos. Lo difícil, y lo que espero de todas las instituciones y personas es mantener la esperanza intensificar los esfuerzos y evitar el desánimo para, entre todos, mantener el objetivo expresado en el III Plan Director y en los múltiples compromisos que nuestro país ha asumido.
Empezar una nueva misión para un diplomático supone casi siempre una mezcla de inquietud y desafío. En este caso, ambas emociones se expresan al máximo. Soy consciente de que estamos participando en organizaciones vivas, ágiles, con un impacto directo sobre la salud y el bienestar de millones de personas y de que mi misión puede contribuir a que los retos que vamos a estudiar en esta sesión puedan ser alcanzados. Estoy convencido de que voy a contar con la colaboración crítica, leal y sincera de las organizaciones no Gubernamentales y de las otras instituciones que están aquí representadas de la misma manera que han colaborado con mis antecesores y con el personal de salud de la AECID y de DGPOLDE. Creo firmemente que tenemos el mismo objetivo: contribuir a mejorar el estado de salud de la población mundial, especialmente de la mas vulnerable y facilitar la erradicación de la pobreza a la que se ven abocadas y que forma parte del conjunto de condicionantes sociales de la salud.
También debemos ser conscientes que mientras sigan faltando en todo el mundo más de 4 millones de personas que trabajen para la salud será difícil poner al alcance de los que los necesitan los medios diagnósticos, el tratamiento y los sistemas de prevención necesario para hacer frente a la epidemia, que mientras que la mayoría de las personas carezcan de sistemas de protección social frente a las enfermedades, los gastos necesarios pueden precipitar a las familias en la pobreza y tantos otros factores que aumentan la brecha entre l norte rico y el sur desfavorecido.
En este escenario nadie sobra. Necesitamos todos los esfuerzos. Gobiernos, Sociedad Civil, Iniciativas Globales, Instituciones académicas Organismos internacionales… todos tenemos nuestra parte de responsabilidad.
Muchas gracias.