¿Qué diríais si dijéramos que estamos a punto de tirar por la borda 11 años de trabajo y la inversión de millones de dólares?
El día 12 de septiembre el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, Malaria y Tuberculosis participó en el lanzamiento del documento, “El coste de la inacción: un informe sobre como la inversión inadecuada del Fondo Mundial de Sida, Tuberculosis y Malaria afectará a millones de vidas”, desarrollado por International Civil Society Support, con el colaboración de la Secretaría General del Fondo Mundial. El informe, y los datos presentados en éste, son la herramienta clave que ha estado esperando la sociedad civil para ayudarles a explicarles a sus gobiernos la necesidad de continuar financiando el Fondo Mundial.
No es casualidad que el informe se publique en este momento, ya que estamos a puertas de la IV Conferencia de Reposición, que se celebrará en el mes de diciembre en los Estados Unidos. Durante esta reunión los Estados donantes tendrán que presentar su compromiso económico para el Fondo Mundial de los próximos tres años (2014 – 2016).
Los datos que presenta el documento son verdaderamente un estímulo. A veces parece que olvidamos aquellos años en que ser diagnosticado con VIH era una sentencia a muerte. Hoy, gracias a los esfuerzos de organizaciones como el Fondo Mundial y de los principales estados que la financian, millones de personas al año que reciben esta noticia tienen la esperanza de seguir manteniéndose con vida. A pesar de ello, millones de personas aún no tienen acceso a los tratamientos con antirretrovirales que hacen esto posible.
El informe hace un llamamiento a los donantes para asegurar por lo menos 15 mil millones de dólares para los próximos tres años y certifica que por primera vez en la historia estamos acercándonos a un momento de inflexión en la lucha contra el VIH/Sida, la tuberculosis y la malaria. El objetivo de vencer estas tres enfermedades es una posibilidad real. Más allá del deber moral hay una motivación económica, ya que un impulso económico en este momento sería más coste efectivo.
El estudio describe el retorno que tiene la inversión en estas tres enfermedades. Las cifras son realmente sorprendentes: por cada dólar invertido en VIH/Sida el retorno es de U$12; en Tuberculosis es de U$30 y en Malaria es de U$20.
Los avances alcanzados tiene un impacto que eran impensable hace tan solo 13 años atrás, durante el cambio del milenio, cuando únicamente unas 50.000 personas estaban recibiendo tratamiento con antirretrovirales. En el año 2011, esta cifra ya había aumentado hasta llegar a los 7 millones. En cuanto a la tuberculosis, hace 10 años sólo un 43% de los casos eran detectados, y la tasa de tratamiento exitoso era únicamente del 67% entre los 22 países con mayor incidencia en tuberculosis. En el año 2011 ya contábamos con una tasa de detección del 66% y de tratamiento exitoso de un 87%. En malaria, los avances también han sido cuantiosos. En el año 2000 únicamente un 5% de los hogares en África Subsahariana tenían un mosquitero impregnado de insecticida – en el año 2010 esta cifra ya había incrementado hasta el 53%.
Además de los avances que se hacen evidentes en el informe, el documento también hace eco de los retos a los que nos estamos enfrentando. Los datos presentados afirman que tanto el Fondo Mundial como sus socios técnicos estiman que hacen falta 87 mil millones de dólares para controlar las necesidades creadas por las tres enfermedades. Esta cantidad de dinero requiere un esfuerzo conjunto entre todos los socios y una responsabilidad compartida entre países implementadores y la comunidad internacional.
A pesar de que la responsabilidad internacional de colaborar de la manera más comprometida posible en la lucha contra estas tres pandemias es una obligación moral, especialmente ahora que gran parte del éxito está en nuestras manos, también hay una motivación económica de por medio. Por ejemplo, en el caso que la financiación se mantuviese constante y no se lograse el incremento que actualmente se estima necesario por parte del Fondo Mundial, el número de nuevas infecciones en VIH/Sida entre 2014 – 2016 sería de 3.9 millones personas, cuyo tratamiento supondría 47 mil millones de dólares.
En el caso de la tuberculosis la situación también es de extrema urgencia, ya que el Fondo Mundial representa el 80% de la financiación externa en la lucha contra esta enfermedad. En el supuesto que la financiación del Fondo Mundial se mantuviese únicamente constante, en los próximos tres años se perderían un millón de vidas adicionales por tuberculosis. Además, hay que tomar en cuenta la preocupación creciente en relación a la tuberculosis multirresistente. Si no se maneja adecuadamente la actual situación nos podríamos estar enfrentando a un futuro con un mayor número de casos de tuberculosis multiresistente, cuyo panorama sería mucho más difícil de controlar y caro de mantener – un tratamiento de tuberculosis cuesta unos u$30 los seis meses de tratamiento, mientras que el tratamiento para medicar una tuberculosis multirresistente puede costar entre U$2.000 y U$250.000.
La oportunidad que tenemos en malaria también se hace patente. Si mantuviésemos la trayectoria actual de financiación estaríamos perdiendo la oportunidad de salvar 196.000 vidas al año y prevenir más de 430.000 casos. Mantener las cifras actuales de actuación supondría un perdida de U$20 mil millones del PIB en los países del África Subsahariana.
Los datos presentados en el informe son muy esclarecedores y permite visionar un panorama bastante claro de las opciones que actualmente tenemos entre manos. No incrementar la financiación en este momento sería más caro que mantener la inversión actual y por este mismo motivo no podemos dejar pasar la oportunidad histórica a la que nos estemos enfrentando: evitar millones de muertes y mayor inversión económica en un futuro.
Con estos datos presentados esperamos que el Fondo Mundial sea capaz de transmitir estas necesidades a los estados donantes en la IV Conferencia de reposición, que se celebrará el próximo mes de diciembre en los Estados Unidos.
Trinidad García
Advocacy Officer