Madrid/Washington, 24 de julio de 2012 – Tras el anuncio de España de que reanudará su contribución al Fondo Mundial para la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria con una aportación de 10 millones de euros, la Fundación Salud por Derecho y Médicos Sin Fronteras consideran que esta suma es exageradamente baja, y que no sólo está muy alejada de los compromisos internacionales asumidos en Naciones Unidas para asegurar el tratamiento de 15 millones de personas en 2015, sino que no se corresponde con la urgencia que la pandemia del VIH/sida sigue representando en el mundo.
Hasta 2009, España había sido uno de los principales donantes del Fondo. En 2010, su aportación se redujo a la mitad de lo comprometido, y 2011 terminó sin contribución alguna, a pesar de que en la Reunión de Alto Nivel de la ONU sobre sida en junio de ese año, España suscribió el objetivo de cobertura universal de tratamiento para 2015. El pasado febrero, España anunció su regreso al Fondo, una buena noticia que sin embargo, como consecuencia de los severos recortes a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), se confirma ahora con una suma que apenas llega al 10% de las últimas aportaciones anuales, muy lejos de las necesidades financieras que el Fondo Mundial tiene para cumplir con su mandato.
Según Vanessa López, directora de Salud por Derecho, «con este anuncio España vuelve a ser donante del Fondo pero la aportación es tan escasa que su impacto será muy limitado y, en un momento tan prometedor como el actual, no es suficiente». «El Gobierno nos asegura que ha dado el máximo posible con el nivel de la AOD que tiene para este año, pero ese es el principal problema: la ayuda internacional ha sufrido un desproporcionado recorte de más del 50%, y eso tiene consecuencias en la vida de millones de personas en situación de extrema vulnerabilidad», añade.
En palabras del presidente de MSF España, José Antonio Bastos, “nos encontramos en un momento crucial en la lucha contra el sida: por primera vez realmente estamos en disposición de detener la propagación de una pandemia que se ha cobrado ya más de 27 millones de vidas y que no va a detenerse sólo con compromisos de palabra. Hace falta un apoyo financiero decidido desde los países donantes: la contribución de España al Fondo Mundial debería estar a la altura del reto asumido, y esta aportación desde luego no lo está. España no debería abandonar su compromiso con los millones de personas que necesitan tratamiento vital con urgencia”.
Aunque más de 8 millones de personas ya reciben tratamiento antirretroviral, más de 7 millones de personas, en su inmensa mayoría pacientes sin recursos en países pobres, lo necesitan con urgencia: son vidas que están en peligro a corto plazo. Además, las últimas investigaciones han confirmado que el tratamiento del paciente de VIH previene el contagio, lo que multiplica su impacto positivo. Concretamente, alcanzar el objetivo de 15 millones de personas en tratamiento en 2015 supondría prevenir 12 millones de nuevas infecciones, según ONUSIDA.
El Fondo Mundial ha sido un instrumento esencial en la lucha contra el sida, y actualmente financia el tratamiento de la mitad de la cohorte mundial de pacientes. Tras la suspensión de la Ronda de Reposición de Fondos prevista para octubre de 2011, el Fondo Mundial se enfrentó a un déficit presupuestario sin precedentes, de unos 2.000 millones de dólares.
En los últimos diez años, la lucha contra la pandemia ha experimentado grandes avances, gracias a la reducción de los precios de los tratamientos debido a los genéricos, a la aparición de las dosis fijas combinadas, a la implantación de estrategias exitosas como la descentralización o la lucha contra la estigmatización del paciente.
También ha sido fundamental el compromiso de los países afectados, países en desarrollo que no pueden asumir en solitario esta carga y que, al igual que los países donantes, también se están viendo afectados por la crisis económica mundial. Por eso, en momentos en los que el éxito está a la vuelta de la esquina y hay tanto en juego, son necesarios compromisos más contundentes que el realizado ayer por España para sumarse a la larga lista de países que ya han decidido hacer lo necesario para poner fin a la pandemia del sida.