Las negociaciones para la revisión de la Directiva sobre la calidad del aire ambiente deben concluir urgentemente antes de las elecciones europeas de junio. Mientras continúan las negociaciones a tres bandas, el Consejo ha planteado la posibilidad de conceder exenciones de diez años de duración al cumplimiento de los valores límite de contaminación atmosférica, que son jurídicamente vinculantes, basándose en el PIB de los países en comparación con la media de la UE. Esto podría significar que cerca de dos tercios de los países de la UE puedan posponer la reducción de los contaminantes atmosféricos nocivos para la salud hasta 2040, algo que inevitablemente conduciría a un aumento de las disparidades sanitarias en la UE y socavaría el principio fundamental de igualdad de la UE.
La contaminación atmosférica sigue siendo el mayor riesgo medioambiental para la salud en la UE. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), el 97% de la población urbana respira aire considerado insalubre por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto se traduce en cientos de miles de muertes prematuras y cientos de miles de millones de euros en costes sanitarios cada año. Un análisis de la AEMA 2023 indicó que, entre 2007 y 2020, los niveles de partículas PM2,5 fueron un tercio más altos en las regiones más pobres del Espacio Económico Europeo. Las partículas PM2,5 son el contaminante con mayor impacto sobre la salud.
El Consejo ha incluido en el artículo 18 de su orientación general la posibilidad de aplazar la aplicación de la directiva para los países con un PIB inferior a la media de la UE (que era de 17 de los 27 Estados miembros en 2022). Según otro informe reciente de la AEMA, el mayor número absoluto de muertes prematuras en 2020 debido a las PM2,5 se registró en Polonia, Rumanía, Italia, España y Alemania. Es alarmante que, si el Consejo logra su objetivo, todos estos países, excepto Alemania, podrían solicitar exenciones debido a su menor PIB.
«Intentar imponer una serie de exenciones niega la urgencia de abordar con firmeza el problema, y no actuar seguiría perjudicando a los más vulnerables. Los retrasos de una década sancionados darían lugar a daños continuos para la salud, que podrían ser evitables, y a un aumento de las desigualdades sanitarias, por no mencionar la elevada carga económica que suponen los costos sanitarios para países que ya se encuentran bajo presión económica. Este no puede ser el mensaje que la UE está enviando a los ciudadanos justo antes de las elecciones europeas», advierte Sophie Perroud, coordinadora de políticas europeas de HEAL, red de la que formamos parte en Salud por Derecho.
“En España, la calidad del aire que se respira en algunas zonas ha provocado cerca de 25.000 muertes. Asumir las recomendaciones de la OMS recogidas en la directiva de calidad del aire ambiente en negociación, reduciría el impacto en la mortalidad y en el bienestar de generaciones presentes y futuras. Es urgente aprobarla antes de las elecciones europeas y sin excepciones en su cumplimiento para ningún Estado miembro. Querida Comisión Europea, Parlamento y Consejo, es sus manos está hacer POLITICA en beneficios de la salud de personas”, asegura Irene Bernal, nuestra responsable de Cambio Climático y Salud.
Los grupos sanitarios instan a los Estados miembros a garantizar en el debate a tres bandas que la revisión de la Directiva sobre la calidad del aire ambiente se aplique sin exenciones y sin demora, y que se ajuste plenamente a las recomendaciones científicas de la Organización Mundial de la Salud para 2030. Además, la Presidencia belga de la UE y los Estados miembros deben asegurar que la revisión esté finalizada antes de las elecciones de la UE, para abordar el urgente problema de la contaminación atmosférica que afecta a todos los ciudadanos europeos.
Está previsto que los últimos debates a tres bandas sobre esta directiva crucial se celebren el 20 de febrero.