Acabamos de llegar de Durban, Sudáfrica, donde hemos estado atendiendo la XXI Conferencia Mundial de sida. Este año era un año especial, porque la conferencia volvía a Durban después de 16 años. Allí, durante la XIII Conferencia del año 2000, cambió para siempre la lucha por el acceso a medicamentos para el sida. Te lo contamos en este artículo publicado en Eldiario.es.
La conferencia ha recuperado el espíritu del 2000. El primer día salimos a la calle y, junto a más de 8.000 personas, hicimos peticiones expresas a los máximos dirigentes de los Gobiernos y organismos de salud mundiales, como la OMS u ONUSIDA. Escribimos ésta crónica para El Mundo.
Han sido muchos y muy variados los problemas discutidos en la conferencia, todos de vital importancia: la falta de vacuna o cura para el sida, los problemas de las patentes y los precios en fármacos esenciales para la vida, la falta de tratamiento para millones de afectados, las fallas en prevención y otros tantos más. Uno de los más notorios es el drama que viven los países de renta media ante el abandono de la ayuda internacional y la delicada situación en la que quedan las poblaciones clave (mujeres, adolescentes, hombres que tienen sexo con otros hombres, trabajadoras del sexo, usuarios de drogas, presos). Publicamos un artículo en Eldiario.es para explicarlo bien.
De este modo, cuando la financiación debería ir en aumento, muchos países estancan o reducen sus aportaciones bilaterales o multilaterales para luchar contra el sida. Un caso agudo se da en nuestro país: España lleva desde 2011 sin donar ni un solo euro al Fondo Mundial de lucha contra sida, tuberculosis y malaria, un organismo clave para acabar con estas pandemias. Te contamos casos de otros países que son un ejemplo en este artículo de El Mundo.
Ha terminado la XXI Conferencia Mundial de sida. Más de 20.000 científicos, activistas, afectados y personalidades de todo tipo reunidos para tratar de poner fin a la pandemia en 2030.
Nosotros seguiremos trabajando para ello.