Salud por Derecho aplaude el compromiso que ha manifestado la Administración Biden de apoyar la suspensión temporal a las patentes para las vacunas, medicamentos y diagnósticos frente a la COVID-19. El respaldo de EE. UU. a la propuesta presentada por India y Sudáfrica en el seno de la OMC en octubre de 2020 representa uno de los avances más importantes en el ámbito internacional y es decisivo para frenar la pandemia. Tal y como ha reconocido la Embajadora Katherine Tai, “esto es una crisis global, y las extraordinarias circunstancias de la pandemia de Covid-19 requieren medidas extraordinarias”.
La UE debe cambiar su posición actual y dejar de bloquear una iniciativa que puede ser la solución para acabar con la pandemia. A pesar de las numerosas voces políticas, sociales, sindicales, científicas, médicas y humanitarias, que a lo largo de los últimos meses han expresado su apoyo inequívoco a esta propuesta, la Comisión Europea ha mantenido su rechazo y ha evitado avanzar en las negociaciones. Una postura contraria a la que mantenía al inicio de la pandemia, cuando sus representantes y jefes de Gobierno, como Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, hablaban de las vacunas como un bien público global.
“Estamos en un momento demasiado importante para seguir dando vueltas. Han pasado ya meses desde que India y Sudáfrica presentaron la propuesta. El tiempo va en nuestra contra y no podemos seguir retrasando esta decisión que podría salvar millones de vidas en todo el mundo. La UE debe seguir los pasos del Gobierno de EEUU y dejar de bloquear una propuesta que daría un gran impulso a la producción de dosis de vacunas y otras herramientas para hacer frente a la Covid-19”, asegura Vanessa López, directora de Salud por Derecho. “Hace solo unos días, Pedro Sánchez anunció que llevaría el debate a la UE. Ya no es tiempo de debatir, es el momento de que los gobiernos asuman su responsabilidad y sepan ver más allá de sus fronteras y planes de vacunación. Nadie estará a salvo hasta que todo el mundo lo esté y este es un paso trascendental en ese camino”.
La situación de muchos países, entre ellos, India, es insostenible y la comunidad internacional no puede mirar hacia otro lado permitiendo que las farmacéuticas decidan cómo se reparten las vacunas. Además, Salud por Derecho recuerda que no sería la primera vez que los miembros de la OMC adoptaran una exención. En 2001, en plena pandemia del VIH/sida, los estados llegaron a un consenso para una exención relacionada con el párrafo 6 de la Declaración de Doha sobre el Acuerdo sobre los ADPIC y la salud pública. La exención estableció un mecanismo para permitir a los países que producen medicamentos genéricos bajo una licencia obligatoria suministrar los fármacos a otros países que carecían de la capacidad de fabricación necesaria para producirlos ellos mismos.
Desde el comienzo de esta pandemia, Salud por Derecho ha defendido que esta iniciativa podría ser una medida fundamental para afrontar la necesaria inmunización global, permitiendo ampliar la producción a gran escala. “Con la suspensión de patentes, la producción de las vacunas se podría llevar a cabo en los países menos desarrollados, y esto puede suponer un antes y un después en la lucha contra el virus”, recuerda Vanessa López.