Mientras en España los investigadores denunciaban los incomprensibles recortes en I+D, en Londres se presentaba el G-Finder 2010. Un informe que desde el 2007 analiza anualmente las inversiones en I+D para enfermedades de la pobreza y olvidadas.
En el 2009 se invirtieron 3.189 millones de dólares que supone un incremento del 8.2% comparado con el 2008 lo que en principio podría ser positivo. Sin embargo, en este informe no se recogen los recortes que la inversión en I+D para estas enfermedades ha sufrido globalmente en el 2010 (ya que este informe tiene en cuenta cifras del 2009) y que por ejemplo tal y como ya comentábamos en una entrada anterior, en el caso de España, el recorte a iniciativas como IAVI o IPM ha sido de más del 80%.
Aún teniendo en cuenta únicamente las cifras del 2009, y a pesar del aumento del 8% en comparación con el año anterior, lo que se invierte en la investigación de nuevos productos biomédicos es muy inferior a lo necesario y muy por debajo de la inversión destinada a otras enfermedades que afectan principalmente al Norte.
Seguimos comprobando que la inversión privada en este tipo de investigación es demasiado reducida representando únicamente el 12% del total. El sector público sigue haciéndose cargo de casi el 65% de la investigación con el apoyo de grandes fundaciones como la Fundación Gates que suponen otro 20%.
En el caso concreto de la investigación para el VIH/SIDA la dependencia de la financiación pública es aún mayor ya que representa más del 80% del total y donde el rol del sector privado no llega al 5%.
Es sólo en el caso de la tuberculosis donde el sector privado supone algo más del 20% del total de la financiación. En el caso de la malaria la inversión de las grandes fundaciones tiene más peso.
Algo que sigue siendo preocupante en la inversión destinada tanto a SIDA, tuberculosis, malaria como el resto de las 35 enfermedades olvidadas que han sido analizadas es la mínima inversión realizada por Europa. La mayoría de la inversión pública sigue recayendo sobre Estados Unidos, relegando el papel de Europa casi ya por debajo de la inversión de países como Brasil, China o India. El descenso de la inversión en el 2010 de países como España o la Comisión Europea hará que el informe del próximo año previsiblemente el rol de Europa sea aún menor.