Entrevista a Javier Hourcade, director de Amigos del Fondo Mundial Latinoamérica y Caribe
Con motivo de la reciente decisión de la Junta Directiva del Fondo Mundial de cancelar la ronda 11 de financiación y de excluir a los países miembros del G-20 de la lista de países receptores de ayuda hemos hablado con Javier Hourcade, director de Amigos del Fondo Mundial Latinoamérica y Caribe y representante en la región de la organización international HIV/Alliance, para saber como afectará esta decisión a la región.
En próximos boletines iremos incluyendo entrevistas con representantes de la sociedad civil de las diferentes regiones para conocer sus impresiones.
¿Cómo valoras la cancelación de la ronda 11 de financiación del Fondo Mundial (FM)? Esta cancelación tiene un impacto muy negativo en los casi 90 países que estaban preparando propuestas. Por un lado, va a demorar la implementación de políticas claves como fortalecimiento de los sistemas comunitarios, derechos humanos y otras partes de la nueva arquitectura. Además, tiene un efecto demoledor en la sensación de seguridad y confianza de miles de personas con VIH cuyo tratamiento depende del FM para seguir con vida. Y, por último, sienta serios precedentes de imprevisibilidad en el FM al lanzar una ronda que después suspende o que cambia las reglas de negociación de la fase 2.
¿Que opinión te merece que los países miembros del G-20 ya no puedan seguir recibiendo financiación?
Creo que los países del G-20 no deberían jamás haber recibido recursos del FM, aunque esto no quita que la forma y el momento en que se ha hecho haya sido la mejor. Esta repentina exclusión fue direccionada para destituir a China del FM y eliminar la subvención de 800 millones que recibía cuando, en mi opinión, China es el país que más necesita algún canal externo de trabajo con la sociedad civil. Con esta medida, los pequeños grupos emergentes de la comunidad en China, ya de por si reprimidos, son los que mas sufrirán. En América Latina, países como México, Argentina y Brasil tienen recursos domésticos suficientes para responder y lo vienen haciendo ya. Sólo falta un último esfuerzo que es incrementar o sostener un apoyo financiero a las organizaciones no gubernamentales o de base comunitarias. Es tarea de las organizaciones en esos países incidir en sus legisladores y ministros para que esto suceda.
¿Crees que es el momento de que ciertos países puedan asumir el tratamiento de sus propios enfermos?
Los países del G-20 en su mayoría no han recibido dinero para tratamientos o servicios vitales, sino básicamente para prevención. Sin embargo, hay otros países de medios ingresos que no están preparados para ello y grandes recortes en fase 2 o futuras exclusiones si podrían costar vidas.
¿Crees que el FM va a sufrir un cambio de modelo?
Si, de hecho los cambios ya han empezado. El FM apunta a financiar estrategias nacionales, a un plan consolidado de transformación y a una nueva estrategia hasta 2016. El problema es que no cuenta con los recursos financieros necesarios para lograrlo, además de que, en ocasiones, existen dudas sobre si tiene el liderazgo y los recursos humanos para posicionar al «nuevo FM». Lo que está cada vez menos claro es el rol del FM en epidemias concentradas con el modelo de estrategias nacionales. Perder esa inversión localizada y estratégica será grave.
¿Que consecuencias pueden tener estos cambios en América Latina?
Con la retirada virtual del FM en Latinoamérica y Caribe habrá menos recursos disponibles para el trabajo con las poblaciones clave, ya sea con líneas de pequeño financiamiento como localizadas, también conocidas como Most At Risk Populations (MARPS). También se perderá el apoyo financiero a organizaciones y redes regionales, dado que hay un énfasis en el financiamiento de las estrategias nacionales que como consecuencia hará caer otros abordajes en el olvido, como son aquellos necesarios en epidemias concentradas, fortalecimiento de los sistemas comunitarios, etc.
¿Crees que la región de América Latina puede dejar de recibir financiación internacional en algún momento?
Los países de medios-altos ingresos, seguro y pronto. Y los de renta media-baja con epidemia moderadas, también. Me parece que hay que centrar los esfuerzos de incidencia y apoyo en retener en la cartera los países que requieren de financiamiento externo para poner gente en tratamiento o mantenerla, y para que los gobiernos nacionales asuman sus responsabilidades de incrementar en forma sostenida su contribución domestica. Todos los países de renta media-alta y muchos de media-baja, si se deciden, pueden cortar la dependencia externa en los próximos tres a cinco años y vivir con lo propio.
¿Os habéis planteado como atender a los pacientes a los que ahora cubre el FM si éste se marcha?
El FM tiene una política de continuidad de servicios esenciales por dos años como, por ejemplo, para los antiretrovirales. En dicho lapso hay que presionar para que los países que puedan asuman dicha responsabilidad y los que no, incidir para que sea prioridad con urgencia. En algún grado, en ocasiones poco claro, la Junta del Fondo Mundial tiene una clara percepción de la «hipoteca de tratamientos» y creo que muchas decisiones correctas o no están guiadas por cumplir el compromiso de no interrumpir los tratamientos. Ahora, para frenar las tres epidemias, no solo hay que mantener en tratamiento a quienes están sino incrementar la cobertura en los próximos años.
¿Algo que añadir?
Habiendo dicho todo lo anterior, en momentos de escasez se produce explícita o implícitamente una discusión al interno de los países implementadores y una tensión poco estratégica que se podría traducir como «una competencia para determinar quien esta más afectado o es mas pobre». Además, toda vida tiene el mismo valor, toda persona viviendo con VIH tiene derecho a vivir con calidad de vida en Uganda, Perú, Sudáfrica o Bolivia y éste es un valor de solidaridad internacional que no debemos olvidar.