La Semana de Lucha contra la Pobreza, que eclosionará en manifestaciones por todo el territorio nacional en torno al sábado 17 de octubre, nos permite volver a hablar de un tema de brutal importancia en el afán por erradicar la pobreza tanto fuera como dentro de España: el Impuesto a las Transacciones Financieras.
Este impuesto, que se lleva negociando desde 2011 y se pretendía poner en vigor para 2014, ha sufrido terribles retrasos desde entonces. Retrasos, además, que han amainado el genial ímpetu con el que fue ideado y que podrían convertirlo, a día de hoy, en una propuesta débil y no tan resolutiva como debería serlo. Y desde diferentes organizaciones de la sociedad civil venimos mostramos gran preocupación desde hace ya tiempo.
Cuando la Comisión Europea lanzó su propuesta hace casi cinco años, se pretendía establecer un Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) europeo para las entidades financieras (no los ciudadanos), que habían sido en parte culpables de una crisis económica que azotaba a muchos países de Europa. Se gravaría 0,1% la venta de acciones y bonos y un 0,01% los productos derivados. Con esas bases impositivas, el ITF podría recaudar en los 11 países europeos dispuestos a implementarlo, 35.000 millones de euros. 5.000 millones solo en España. A día de hoy, el acuerdo sigue pareciendo algo lejano. Y no solo eso: lo más probable es que esté mucho más limitado que el diseñado en la propuesta inicial, lo que quiere decir que su recaudación será mucho menor.
No solo es importantísimo alcanzar un acuerdo ya para un ITF ambicioso sino que, además, es importantísimo un compromiso de los partidos políticos para determinar que la recaudación de esos fondos vaya destinada a luchar contra dos cosas: el cambio climático y la pobreza, tanto fuera como dentro de los países que albergarán el impuesto. La sociedad española ya demostró que estaba de acuerdo en destinar 50% de los fondos a la lucha contra el cambio climático y el otro 50% a luchar contra la pobreza, fuera y dentro de España.
En diciembre Mariano Rajoy y François Hollande declararon públicamente que estaban de acuerdo con comprometer los fondos a tales fines. Necesitamos, sin embargo, un compromiso formal que a día de hoy sigue sin llegar por parte del presidente español, mientras que Hollande lo ha reiterado en numerosas ocasiones. La semana pasada, sin ir más lejos.
Mientras tanto, las negociaciones siguen sin avanzar, y los ECOFIN van pasando sin que el tema entre en sus agendas. No podemos esperar más. La Alianza Española Contra la Pobreza y Pobreza Cero convocan a toda la ciudadanía a que acuda a las movilizaciones que se celebrarán en torno al 17 de octubre en todo el Estado. Un llamamiento para que la sociedad se una y demande conjuntamente el fin de la riqueza que empobrece dentro y fuera de España.