Mañana, 28 de julio, es el Día Mundial de la Hepatitis C. En 2016, los Estados miembros de la Asamblea Mundial de la Salud se comprometieron a eliminar la hepatitis C en 2030. Desde hace ya un lustro, la llegada de nuevos fármacos con tasas de curación mayores al 95% permite soñar, por primera vez, con la erradicación de esta enfermedad infecciosa.
La Organización Mundial de la Salud estima que en el mundo hay unas 71 millones de personas con infección por el virus de la hepatitis C, aunque solo el 20% (14 millones) están diagnosticadas. Alrededor de 400.000 personas mueren cada año por causas derivadas del virus, como cirrosis o cáncer de hígado. A finales de 2016, la cobertura mundial del tratamiento con los nuevos antivirales para la hepatitis C apenas alcanzó al 13% de los casos diagnosticados. Resultó que el sueño de la curación venía acompañado de un problema: el precio.
Gilead, la compañía farmacéutica que llegó primero al mercado con el sofosvubir (de nombre comercial Sovaldi), estableció un precio de salida de EEUU de más de 80.000 dólares por tratamiento y paciente. Este alto precio, amparado por la protección de la patente que tiene del fármaco, marcó una referencia para el resto de países del mundo que han tenido que pagar altísimos precios para tratar a las personas con hepatitis C, algo insostenible para todos los sistemas de salud, incluidos los de los países ricos.
Otros países, como Malasia, han emitido licencias obligatorias para producir versiones genéricas de los fármacos a precios mucho más bajos. Un derecho recogido en los Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Acuerdo sobre los ADPIC o, en inglés, TRIPS).
Cuando el fármaco estuvo disponible en España, al principio el Gobierno solo ofreció tratamiento a las personas en las fases más avanzadas de la enfermedad. En junio de 2017, tras muchas muertes innecesarias y tras la lucha de las organizaciones de pacientes, el Gobierno se comprometió a ofrecer el tratamiento a todos los pacientes, independientemente del estadio de su enfermedad, aunque los precios que pagará seguirán siendo demasiado altos. Desde 2015 hasta ahora, más de 110.000 pacientes han recibido tratamiento para la hepatitis C, si bien los las estimaciones calculan que hay entre 526.000 y 877.000 personas viviendo con el virus.
En marzo de 2017, en Salud por Derecho, junto a una treintena de organizaciones europeas, presentamos una oposición a una de las patentes del sofosbuvir para poner el derecho a la salud por delante de los derechos de propiedad intelectual. La oposición se sustenta en que el compuesto base no supone una invención y que, por lo tanto, la compañía farmacéutica no cumple con los requisitos definidos por el Convenio Europeo de Patentes. Si se resuelve con éxito podría acelerar la entrada de medicamentos genéricos en Europa, además de generar argumentos legales para ayudar a los Estados a empoderarse en las negociaciones con Gilead. La audiencia será el 13 y 14 de septiembre en Múnich, en la sede de la Oficina Europea de Patentes. Allí estaremos.
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Foto de Adolfo Lujan/Flickr.