Desgraciadamente, 2021 ha estado de nuevo marcado por la Covid-19. Desde el comienzo del año trabajamos para pedir al Gobierno español el apoyo a la exención de patentes de las vacunas y otras tecnologías de la pandemia, así como otras medidas relacionadas con el acceso y en interés de la salud pública.
El clamor por la suspensión de patentes fue creciendo durante todo el año, especialmente cuando el Parlamento Europeo y los Estados Unidos la apoyaron. Sin embargo, la Comisión Europea ha seguido bloqueándola hasta el día de hoy, a pesar de la creciente presión que realizamos desde de la sociedad civil.
A lo largo del año han sido muchas y muy variadas las acciones que, junto a organizaciones de todo el mundo y en un movimiento internacional sin precedentes, hemos llevado a cabo. La Alianza People’s Vaccine, de la que formamos parte, es buena muestra de todo ello.
En mayo, desde No Es Sano publicamos un informe revelando la enorme inversión pública existente en las vacunas y cómo toda esa inversión y conocimiento se había dejado en manos de la industria privada, sin condiciones y sin asegurar el acceso universal ni precios justos para todos los países.
Y también desde No Es Sano hemos continuado el trabajo en acceso a medicamentos con un enfoque nacional. Por ejemplo, en octubre pedimos al Gobierno que no abandonase en manos de las farmacéuticas las nuevas y exitosas terapias contra el cáncer desarrolladas en los hospitales públicos; y hace unas semanas denunciamos a través de un nuevo informe como el alto precio de los nuevos medicamentos había aumentado el gasto farmacéutico hospitalario un 53% en los últimos siete años.
El trabajo por la sanidad universal en España ha sido también prioritario en 2021. De hecho, en marzo realizamos un evento online con organizaciones de Francia, Portugal e Italia para preguntarnos si era posible la Sanidad Universal en Europa y el mes siguiente publicamos un informe, como parte de REDER, con recomendaciones para recuperar la sanidad universal aquí, en España, tras una década ya sin ella.
En abril, junto a más de 40 organizaciones nacionales, pedimos a la ministra de Sanidad la exclusión en la práctica de las campañas de vacunación de las personas migrantes en situación irregular. Y en julio, con vísperas del tercer aniversario de la aprobación del RDL de 2018, nos concentramos frente al Ministerio de Sanidad para pedir al Gobierno que acabe “de una vez por todas” con la exclusión sanitaria.
La lucha contra el sida y otras pandemias, inevitablemente, se ha puesto bajo el foco de la Covid-19. En mayo organizamos un evento junto a Anesvad, para hablar del impacto del coronavirus en otros problemas de salud en África Subsahariana. Y en julio, tras la Reunión de Alto Nivel sobre VIH/sida, publicamos entrevistas con Ramon Espacio, presidente de CESIDA, y con Florence Riako, directora de programas GNP+, para conocer lo que ocurrió allí y analizar la situación de la pandemia de VIH a nivel nacional y global.
Y es que, según el Fondo Mundial de lucha contra el sida, tuberculosis y malaria, la Covid-19 está causando estragos enormes en la prevención y el diagnóstico del VIH, como denunciamos el Día Mundial del sida, hace apenas unas semanas, en nuestra última campaña: VIHdas Olvidadas.
Pese a todo, también ha habido buenas noticias. Hace apenas unas semanas pudimos ver cómo España anunciaba que iba a compartir a través de C-TAP su tecnología de test de diagnóstico de la Covid-19, para que llegue a todos los países, especialmente a los menos desarrollados. Es el primer país del mundo en hacerlo. Un hito que merecía un punto y aparte y del que quisimos hablar en este evento que organizamos hace unos días con representantes del CSIC, Gobierno, OMS y Medicines Patent Pool.
Estas son solo algunas de las muchas acciones que hemos llevado a cabo en este año para defender el derecho a la salud de todas las personas. No concebimos un mundo y una sociedad en donde la salud no esté considerada como un bien público global, y en donde todas las personas, vivan donde vivan, tengan acceso a los medicamentos o servicios que necesiten para vivir.
Ha sido un año complicado, pero también un año en el que estamos notando un cambio de mentalidad en muchos actores y en la sociedad y en el que, como demuestra la noticia del CSIC; hemos comprobado que existen otras maneras -mejores; más justas- de hacer las cosas.
Felices fiestas y feliz 2022. Muchas gracias por estar ahí. Os deseamos lo mejor y, sobre todo, muchísima salud. Desde aquí seguiremos trabajando para ello. 😊
Vanessa, Manuel, Javier, María, Irene, Lydia y Pablo.